Bueno, bueno... He vuelto.
Sí, si es que alguna vez llegué, he vuelto. Veréis, hará cosa de tres meses
empecé el prometedor Máster Europeo en Traducción Audiovisual que ofrece la UAB
y, aunque ya os adelanto que he aprendido un montón y que creo que acerté al
100 % al decantarme por él, la intención real de esta entrada no es daros a
conocer este dato, sino ofreceros un análisis detallado y actualizado a
aquellos que estéis interesados en cursar un máster en traducción audiovisual a
distancia en España. Que sí, que sé que a la que llegue verano va a haber una
multitud de traductores que os documentaréis y compararéis másteres de traducción
audiovisual y que, aunque con total seguridad daréis con la esclarecedora entrada de Pablo Muñoz, me parece muy apropiado ofrecer una visión más
reciente de lo que se cuece en tierras METAVeras. Por esta razón, más o menos
trimestralmente, mi propósito consistirá en arrojar algo de luz en cada uno de
los módulos del máster a medida que los vaya completando para que valoréis si
os convence.
Bueno, empezamos. Después de un verano en el que recién salido
del horno del grado de Traducción e Interpretación, apenas traduje cuatro
palabras, la oleada de conocimientos que me esperaba en el METAV fue toda una
bocanada de aire que sirvió para darme cuenta de cuánto necesitaba ponerme al
día en algunos campos específicos de la traducción. Olga Torres estuvo a cargo
de presentar la primera unidad, que se centra en darnos la bienvenida al mundo
de la localización además de describirnos algún que otro concepto trascendental
como la internacionalización. Inmediatamente tras empezar a leer el contenido
teórico vi que el módulo prometía.
Y así fue, una vez dejada
atrás la teoría inicial, el invitado especial de la segunda y la tercera semana
no fue nada más y nada menos que la cotizada localización de páginas web. La
profesora, María Luz Martín, se encargó de que ambas unidades fueran muy amenas
mientras que, al mismo tiempo, durante la primera unidad, nos enseñó a obtener
el contenido que posteriormente localizaríamos de las páginas webs dinámicas, a
presupuestar la localización de una página web y a realizar un informe de
errores de localización. Tras haber entrado en materia y recibir con los brazos
abiertos la tercera unidad del módulo, acabó apareciendo en escena la
localización de páginas web en su máximo exponente. Ya os adelanto que, hasta
justamente antes del inicio de estos dos temas, yo no tenía ni una mínima idea
de lenguaje HTML y, claro, cosas de la vida, si uno pretende localizar páginas
web pues... ya me entendéis. Bien, ahora que me he confesado, también os avanzo
que si cursáis este módulo vais a aprender a identificar etiquetas traducibles
y no traducibles, a introducir una imagen localizada en el código HTML, a crear
una guía de estilo para ejercer de gestor de proyectos y, bueno, a afrontar un
proyecto de localización web sin ningún tipo de complejo. La cuarta semana
distó ligeramente de estos conocimientos tan nuevos que tanto anhelaba
incorporar, pues se centra en las herramientas TAO. No obstante, la verdad es
que para aquellos que no trabajen con ellas durante su día a día o cuyos
conocimientos hayan quedado obsoletos después de su etapa universitaria, nunca
está de más recordar qué hacía aquello y qué hacía lo otro. Sin duda alguna, un
tema interesante en el que, además, se recordó mediante el ejercicio semanal
cómo lidiar con la traducción de una guía.
Bueno: fanes, seguidores y
adeptos (cuidado, de entre los que me incluyo), el profesor de la quinta semana
fue nada más y nada menos que Pablo Muñoz, del célebre blog Algo más que traducir. Además, el
hombre no llegó solo, pues trajo consigo un jugoso pan bajo el brazo llamado
"localización de software" al que recibimos de muy buena gana. Antes
de seguir, que quede claro: los retos de Pablo molan, y mucho. En esta unidad
aprendimos a reconocer el texto traducible y el no traducible de las entrañas de un software (programadores,
ya no os causaré más daño) y asentamos nuestros conocimientos sobre la
traducción de HTML. Ya entrada la sexta semana, siguiendo con Pablo al mando,
aprendimos a localizar software como Dios manda mediante el uso de Alchemy
Catalyst. Una vez más, tal y como pasó con HTML, aunque mis conocimientos de
programación eran inexistentes, descubrí que prestando atención y siguiendo la
teoría todo iba a salir bien (y así fue). A decir verdad, hubo más caña con
localización de software mediante el uso de Resource Hacker, pero creo que es mejor
no soltar prenda para no aguaros la fiesta a aquellos que leáis la entrada y
vayáis a cursar la siguiente edición. De aquí a un año me contáis lo que mola.
Con esto nos metemos en la octava unidad, la última unidad de Muñoz en este
módulo, que versó sobre la localización de aplicaciones de móvil. Esta fue, sin
duda, la mejor unidad hasta la fecha. Fue es-pec-ta-cu-lar. Os avanzo que
aprendí a traducir una aplicación para android y que pude ver el resultado en
mi propio teléfono. Brillante e ilustrador. Tuvimos que tirar de ingenio para
que así fuera, pero acabó resultando una unidad que dio mucho juego (y nunca
mejor dicho).
A cargo de las dos últimas
unidades tuvimos a José Manuel Dávila. Debido a la diferencia horaria la
comunicación se resintió un poco, aunque la verdad es que los METAVeros no
tuvimos ningún reparo en seguir dando caña por los foros. Las unidades nueve y
diez consistieron en una introducción a la traducción multimedia. Vimos los
entresijos de las obras multimedia y aprendimos que son productos en los que es
trascendental la comunicación entre equipo. La verdad es que los ejercicios de la
última unidad consistieron en devanarse los sesos considerablemente. Todo un
reto.
Y hasta aquí mi breve
reflexión sobre el este módulo del METAV. Os recomiendo encarecidamente el
módulo, pues muy probablemente, tal y como me ha pasado a mí, pasaréis de no
tener ni idea sobre algunos aspectos de la localización a poder manejaros
estupendamente. Cursadlo, vale la pena. Palabra de Escribano.